EL COLOR EN EL
DISEÑO SEGUN JOAN COSTA
Hola aqui les traigo un fracmento del libro de este gran diseñador grafico que es Joan Costa donde nos define los colores para el diseño de identidades corporativas y que podriamos usar para guiarnos en nuestros diseños y justificaciones.
El blanco, como el negro, se halla en los extremos del espectro. Ambos colores tienen, por eso, un valor límite, también un valor neutro (ausencia de color) y un valor potenciador de los otros colores vecinos. El blanco expresa paz y pureza, y crea una impresión de vacío y de infinito, pero que contiene una vida y un futuro latentes, positivos: el blanco es el fondo potencial de todo mensaje visual.
Hola aqui les traigo un fracmento del libro de este gran diseñador grafico que es Joan Costa donde nos define los colores para el diseño de identidades corporativas y que podriamos usar para guiarnos en nuestros diseños y justificaciones.
El blanco, como el negro, se halla en los extremos del espectro. Ambos colores tienen, por eso, un valor límite, también un valor neutro (ausencia de color) y un valor potenciador de los otros colores vecinos. El blanco expresa paz y pureza, y crea una impresión de vacío y de infinito, pero que contiene una vida y un futuro latentes, positivos: el blanco es el fondo potencial de todo mensaje visual.
El
negro es, por oposición al blanco, el
símbolo del silencio, un silencio eterno e impenetrable. Es un color sin
resonancias, pero que confiere nobleza y elegancia, sobre todo, cuando es
brillante.
El
gris, centro del todo, como diría Klee,
ocupa el lugar central entre los colores límite y los colores opuestos. Pero es
un centro neutro y pasivo, que simboliza la indecisión y la ausencia de
energía. El gris expresa duda y melancolía.
El verde es el color más tranquilo y sedante. Evoca la vegetación, el frescor
acuático y el mundo natural, pero es el color de la calma indiferente: no
trasmite alegría, tristeza o pasión. Cuando algo reverdece suscita la esperanza
de una vida renovada, de ahí la asociación verde-esperanza. El verde que tiende
al amarillo cobra una fuerza activa y soleada; si en él predomina el azul,
deviene sobrio y poco natural.
El marrón es un color masculino, severo, otoñal, confortable, dentro del campo
del pardo y el ocre. Del marrón emana la impresión de gravedad y equilibrio; es
el color realista por excelencia, tal vez porque es el color de la tierra.
El rojo signiñca la vitalidad; es el color de la sangre, de la pasión, de la
fuerza bruta y del fuego. Color fundamental, ligado al principio de la vida,
expresa la sensualidad, la virilidad y la energía; es exaltante y agresivo. El
rojo es símbolo de la pasión ardiente y desbordada, de la sexualidad y el
erotismo.
El rosa es el color de la timidez y el candor. Es suave y romántico,
fantasioso y jovial, pero falto de vitalidad. Sugiere la dulzura, la ternura y
la intimidad.
El naranja, más que el rojo, posee una fuerza activa, radiante y expansiva.
Tiene un carácter acogedor, cálido, estimulante y una cualidad dinámica muy
positiva y enérgica.
El azul es el símbolo de la profundidad. Inmaterial, frío, suscita una
predisposición favorable. La sensación de tranquilidad que provoca es distinta
de la calma o el reposo terrestres, propios del verde. En el azul, la
profundidad tiene una gravedad solemne. Cuanto más se clarifica, pierde
atracción y se vuelve indiferente y vacío. Cuanto más se oscurece más nos atrae
hacia el inñnito.
El amarillo es el color más luminoso, el más cálido, ardiente y expansivo. Es el
color del sol, de la luz y del oro y, como tal, es violento, intenso y agudo
hasta la estridencia.
El violeta (mezcla de rojo y azul) es el color de la templanza, de la lucidez y
de la reflexión. Es místico, melancólico y podría representar también la
introversión. Cuando el violeta deriva al lila o morado, se aplana y pierde su
potencial de concentración positiva.
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